Haz cli Al insertar una llanta en el ambiente, el espacio entre las llantas y sus propiedades casi indestructibles acumulan fácilmente agua de lluvia que se estanca, basura y otros desechos, convirtiéndose en focos de infecciones, hervideros de mosquitos portadores de enfermedades como dengue, malaria y paludismo, roedores y plagas.
En el agua, facilitan la acumulación de basura impidiendo que la misma se oxigene, además de alterar el flujo natural del líquido, causando enormes daños al hábitat de especies acuáticas y por consecuencia a todo el ecosistema.
Por si esto fuera poco, históricamente las llantas se han desechado y “reutilizado” como combustible por algunas industrias. Esto es porque, por un lado, a nadie le interesa conservar llantas; y por otro lado, aunque el caucho de las llantas es muy difícil de encender, una vez que prenden sus llamas son muy difíciles de apagar, convirtiéndolas en un combustible barato e ideal para algunos hornos industriales que dependen de estar encendidos las 24 horas los 365 días del año. Al ser quemadas o utilizadas como combustible, se generan contaminantes extremadamente nocivos para la salud y gases que contribuyen al calentamiento global.
Está demostrado que el humo de las llantas causa:
Ø Cáncer.
Ø Enfermedades Mutagénicas.
Ø Asma.
Ø Enfermedades Bronquiales y Pulmonares.
Ø Contaminación visual, del aire y de los mantos freáticos.
Los automóviles contaminan durante su uso y también cuando
sus partes dejan de ser útiles. Las llantas se han convertido en los últimos años
en uno de los contaminantes sobre el planeta.
En la combustión de los neumáticos se generan productos muy
perjudiciales para la salud como son el monóxido de carbono, óxidos de
nitrógeno, dióxido de carbono, óxidos de zinc, benceno, fenoles, óxidos de
plomo o tolueno, que se dispersan en el aire.
Una llanta está
compuesta por Leticia Baselga, responsable de Residuos de la ONG ‘Ecologistas
en Acción’, explica a EFE-Reportajes que “un neumático puede tener más de
doscientos componentes, depende de su precio y tamaño, pero el porcentaje medio
de los materiales que intervienen en su fabricación es como sigue: caucho
(45-47 por ciento), negro de carbono (21,5-22 por ciento), acero (16,5-25 por
ciento), textil (5,5 por ciento sólo para autos), óxido de cinc (1-2 por
ciento), azufre (1 por ciento), y otros aditivos (5-7,5 por ciento). Los
metales pesados presentes son cobre, cadmio y plomo”.
Cuando un neumático se encuentra en el límite de su edad, es
importante, por propia seguridad del conductor, vigilar su estado para poder
prevenir accidentes, pero además se ha de comprobar la posibilidad de su
reutilización o encauchado. Dependiendo de su estado, los usos que por
cuestiones económicas y ecológicas se le puede dar a la llanta son los
siguientes: si el neumático tiene un mínimo de dibujo, puede pasar a ser
neumático de segunda mano.
A veces, un neumático no puede ser usado para rodar, pero sí
puede ser recauchutado (previa limadura de la superficie se repone la banda de
rodadura mediante un proceso de vulcanizado). Si no se puede recauchutar, se
supone que ha llegado el fin de su vida útil, por lo que habrá que buscar el
proceso más ecológico de hacerlo desaparecer o destinarlo para su reutilización
en otros productos.